¿Por qué viene Cristo a la tierra?

Con el fin de liberar a los cautivos, pero ¿de qué? 

Cristo viene a liberarnos de la condición que nos encarcela y nos lleva a negar nuestro verdadero potencial, nuestra verdadera identidad y nuestra verdadera misión en este planeta. Esta condición es lo que Jesús llamó «la muerte», es decir, un estado de estar muertos espiritualmente, porque ha olvidado su verdadera identidad.

Jesús tuvo opciones limitadas para describir esta condición en ese entonces, pero con el conocimiento actual de la psicología, podemos alcanzar una comprensión mucho mayor. Lo que realmente nos aprisiona es una condición dentro de nuestras propias mentes. Podemos llamarlo el ego humano, pero también podemos verlo como un conjunto de creencias acerca de nosotros mismos, Dios y la vida, creencias que están fuera de contacto con la realidad, pero que hemos sido condicionados – programados – para verlas como realidad.

Jesucristo Cosmico

Estas creencias forman lo que podríamos llamar un cuadro mental, y que limitará quien creemos  que somos y lo que creemos que podemos ser. ¿Por qué es esto un problema? , Porque no somos creados para ser seres humanos limitados y sin poder. Hemos sido creados como co-creadores con Dios, como seres espirituales que tienen el potencial para tener dominio sobre cualquier condición en la tierra, en vez de dejar que estas condiciones definan quiénes somos y lo que podemos ser.

Así pues, la verdadera razón por la que Cristo viene a la tierra es para desafiar nuestras cajas mentales y demostrar que un ser espiritual puede hacer las obras que Jesús hizo y aún mayor. Literalmente, no hay ninguna condición en la tierra que pueden limitar a nosotros, porque nuestra mente tiene el potencial de tener dominio sobre la materia en sí. No venimos del polvo, y no vamos a volver al polvo. Nosotros venimos de puro Espíritu, y podemos volver a ese estado siguiendo el ejemplo magnífico de Jesús y afirmar, «Yo y mi Padre somos uno!»

Esforzemosnos por reflejar a Cristo

Cuando recuperemos nuestra verdadera identidad, podemos empezar a cumplir con nuestra verdadera misión, es decir, para tener dominio sobre la tierra y manifestar el reino de Dios aquí y ahora. Porque, como dijo Jesús, «El Reino de Dios está cerca.» El problema es que tenemos que co-crear por el ejercicio de nuestro potencial de Cristo.

La élite de poder va a hacer todo lo posible para que no podamos reclamar nuestra herencia que nos corresponde, porque si no nos pueden parar, van a perder su estado actual de dominio sobre la tierra. ¿Cómo recuperar el dominio de la élite del poder? No por la lucha contra ellos en una lucha dualista, pero por una vez más, siguiendo el ejemplo de Jesús. Debemos ser prudentes como serpientes y sencillos como palomas, mediante el cual podemos desencadenar el único poder que elimine la élite del poder: «Mi padre asi trabajo  y Yo trabajo». Para con los hombres – con la conciencia humana – es imposible quitar la élite del poder. Pero con Dios – con la conciencia de Cristo – todo es posible.

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