Marihuana: El Gran Engaño

Una de las características de nuestra especie es que sus individuos somos, al tiempo que gregarios y cooperativos, o precisamente por ello, fácilmente manipulables, ingenuos e incautos.

Si bien es cierto que en muchas ocasiones actuamos con excesivas precauciones en el trato con nuestros semejantes, somos muy confiados con otros asuntos que afectan, a veces de forma que no alcanzamos ni a sospechar, a nuestra existencia.

Hay libertades que no pueden ser otorgadas o conquistadas a medias, y el derecho al propio cuerpo forma parte del derecho mismo a la vida. Haga cada cual lo que quiera con su cuerpo mientras no dañe o perjudique a los demás. Personalmente siempre preferiré un jerez o un té verde a un cigarrillo de hachis, pero sobre gustos no hay nada escrito, aunque siempre habrá quien necesite imponer su verdad. Creerse en posesión de la verdad única y absoluta, la gran prueba de la estupidez humana.

     La triste historia de esa planta que llamamos cáñamo o marihuana puede ser un buen ejemplo tanto de engaño como de ingenuidad humana. Llevaría horas resumir los usos que las diferentes sociedades han dado al cáñamo desde hace no siglos, sino milenios. Asombra comprobar que ha sido uno de los vegetales más extendidos y utilizados: para uso textil, pocos jóvenes saben que los primeros pantalones vaqueros estaban confeccionados con cáñamo, mucho más resistente que los actuales de algodón; sogas y cuerdas de todo tipo, velas de barcos, cestos, ropa, etc. etc. También tuvo usos medicinales, reflejados en innumerables textos a lo largo de los siglos. Los recientes descubrimientos acerca de sus efectos beneficiosos para pacientes sometidos a quimioterapia no son más que una de las tantas utilidades que el ser humano le ha encontrado a esta planta.

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La Mafia Médica y La Muerte Civil por la Doctora Guislaine Lanctôt (Entrevista Recomendada)

 

La mafia Médica (1994) es el libro que le costó a la doctora Guislaine Lanctôt, ahora GUIS, su expulsión del colegio de médicos en Canadá y la retirada de su licencia para ejercer la medicina. Se trata probablemente de la denuncia publicada más completa, integral, explícita y clara del papel que juega a nivel mundial el complejo formado por el sistema sanitario y la industria farmacéutica. Pasados ya 18 años, después de varias amenazas y de haber estado en la cárcel, sigue activa y publicando en contra del negocio de la Medicina, del sistema establecido y a favor de lo que ella llama muerte civil: cuando dejamos de reconocer las autoridades externas para someternos a la única autoridad que existe: la de uno mismo. Ahora vive sin cargos públicos ni títulos académicos, sin propiedades, sin pagar impuestos, sin carnets, sin documentación, sin tarjetas… libre.